Yo he tenido la suerte de probar los Scones tanto en Gran Bretaña como en USA, y es verlos y traerme tal cantidad de recuerdos felices y divertidos que.... Hace que asome instantáneamente una sonrisa a mis labios. Por eso, cuando los he visto, he sentido una morriña terrible, y un antojo enorme de comerlos, ya que son años los que hace sin que pruebe uno.
Ya sabéis que soy fan incondicional de Bea, del blog "Corazón de caramelo". Hace casi un año que lanzó su receta para scones, que la podéis ver AQUI, Y pasó a mi lista de pendientes, pero ya sabéis lo que es esa lista.... Crece, y crece, y crece... Y hace dos meses sacó otra receta de scones que podéis ver AQUI, y dije.... Esto ya no puede seguir así, es el momento!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Yo me he decantado por hacer la segunda receta, aunque tengo la primera todavía en mi lista de pendientes, que conste. Porque? porque en esta segunda se utiliza harina de maiz amarillo, elemento con el que yo jamás había trabajado, y me atrevería decir que nunca había probado, así que me llamó mucho mas la atención. La harina la compré en un herbolario, no os puedo decir si también la venden en grandes superficies.
Otra cosa que me hizo decantarme por ella fueron los arándanos, me encantan... Que si, que se le podrían haber echado a la primera receta también perfectamente, pero... Oye... Hay que ser fieles a las recetas, no?. Yo lo único es que no lo añadía cuando ella dice, yo me esperé al final. Porque? porque no quería que toda la masa llevara arándanos
Es cierto, los adoro, pero cuando te topas con ellos, se mezcla con el sabor de los scones y no te dejan apreciarlo en toda su intensidad, y como yo tenía tanto antojo... Quería disfrutar de ese momento al máximo, así que decidí dividir la masa en dos, que una mitad de los bollitos llevaran arándanos y la otra mitad no, y así fue como lo hice (eché la mitad de os arándanos de la receta, por supuesto)
Otra cosa que hice diferente fue la forma. Bea habla de estirar la masa entre dos papeles parafinados o en una superficie enharinada. Bien, tengo terror a las masas pegajosas, de ahí mi poca afición a las galletas, el pan y según que masas... Siempre acabo de masa hasta las orejas y con los nervios destrozados porque me pongo muy nerviosa a la hora de tener que trabajarla.
Así que yo lo que utilicé fueron aros de emplatar, engrasados en spray desmoldante, y así fue como fui dando la forma a los scones. Creo que no me quedaron tan "altos" como los de ella, ya que a la hora de hornear se bajaron al expandirse, pero se podían cortar perfectamente a la mitad, y, por supuesto, que el sabor no se altera por esto.
El resultado era exactamente el esperado. Lo típico de los scones es comerlos calientes, así que yo tuve la paciencia en fin de semana, de levantarme, ponerme a hacerlos y aguantar a desayunar hasta sacar la primera hornada... Después de tanto tiempo con el antojo lo quería disfrutar al máximo... Puedo asegurar que mereció la pena. Aunque si que he notado la diferencia con los tradicionales que tomaba yo, por la harina de maiz.
Se pueden tomar como unos bollitos, tal cual, sobre todo los de arándanos... Pero a mi me gustan abiertos a la mitad, con un poco de mantequilla y mermelada... Manjar de Dioses.
La taza, la cuchara, el paño, el mini bowl azul de topitos, la cucharita rosa y el bowl verde son de Green Gate, el plato curvo (en realidad portavelas) es de IKEA y el platito rosa de cristal es de la tienda Casa.
Besazo con una sonrisa de oreja a oreja.
