lunes, 14 de marzo de 2016

Hot Cross Buns

Vamos a empezar la temporada de Pascua, que ya va siendo hora. Y este año quiero arriesgarme un poquito. Ya os he enseñado mis Torrijas AQUI, además, el año pasado, innové un poco haciendo torrijas de chocolate que podéis ver AQUI y torrijas de naranja que podéis ver AQUI... Además también lo llevé a mis queridos cupcakes con ESTOS cupcakes de torrija.


Tras investigar un poco para buscar dulces típicos de estas fechas de todo el mundo para poder ofreceros algo nuevo que no hubiera hecho hasta ahora,  dí con ESTE post de Rosa, y me llamó mucho la atención la historia, además, que ya había visto muchas veces la realización de estos bollos, y siempre se me habían quedado en el tintero. Así que me hace mucha ilu empezar esta temporada con los panecillos de pascua


En muchos de los hornos con más sabor británico estos Hot Cross Buns (“bollos o panecillos cruzados calientes”) son ahora mismo los protagonistas indiscutibles del momento. También se los conoce, aunque en menor medida, como Good Friday Buns (panecillos de Viernes Santo).

Una de las razones por las que en la actualidad se preparan estos bollos tradicionalmente por estas fechas se remonta a la época de los Tudor, cuando la venta de panecillos especiados no estaba permitida salvo en Viernes Santo, Navidad y en funerales. Sin embargo, y pese a que se suele dar por sentado que la cruz que los adorna es una referencia a la cruz en la que Jesús fue crucificado, los panecillos especiados adornados con cruces ya se consumían desde la era pre-cristiana como símbolo de adoración a Ēostre u Ostara, la antigua diosa pagana de la primavera y de la luz de origen germánico (de donde realmente procede el término “Easter“, Pascua en español).


También me parece interesante, aunque no se pueda asegurar con certeza, el hecho de que algunos etimólogos sostienen que el término inglés “bun” probablemente proceda del griego “βουν” [boun] (“buey” en español), debido al símbolo de las astas de este animal grabado en una especie de dulce redondeado hecho de harina y miel y ofrecido antiguamente a Artemisa, la diosa de la caza o señora de las bestias.


Después de haber aclarado (más o menos) el tema de la cruz (“cross“), aún queda un detallito pendiente. ¿Hot? ¿Por qué hot? ¡Si normalmente se toman fríos! Originalmente se llamaban tan sólo “cross buns“, pero es posible que el hecho de que en su día se vendieran calientes puede haber dado pie a que a principios del siglo XIX se incorporara este término como identificativo en el mismo nombre del bollo, aunque no queda del todo claro. También queda hoy constancia de una cantinela tradicional en la que, ya desde siglo XVIII, se podía escuchar:


Hot cross buns, hot cross buns!
One ha’penny, two ha’penny, hot cross buns!
If you have no daughters, give them to your sons,
One ha’penny, two ha’penny, hot cross buns!


Tal y como suele suceder en estos casos, alrededor de toda comida tradicional ligada celebraciones ceremoniosas como éstas giran generalmente creencias populares y supersticiones varias. Particularmente en Inglaterra, la creencia de que el pan horneado el mismo día de Viernes Santo podía ser endurecido en el horno y conservado todo el año para proteger el hogar del fuego durante todo ese tiempo se remonta a tiempos ancestrales. Estaban, además, los marineros, que solían llevar raciones de este pan en sus viajes para evitar naufragios. También se creía que si se enterraba uno de estos panes hecho en Viernes Santo bajo un montón de maíz se protegía la cosecha de las ratas, ratones y gorgojos. Desmigajado y mezclado con agua, solía emplearse como medicina. Otra de las creencias más extendidas consiste en que si el día de Viernes Santo se cuelga uno de estos panecillos en la casa, ésta estará protegida de la mala suerte hasta el año siguiente. Hay incluso quien piensa que si los ingredientes se mezclan, amasan y hornean el mismo día de Viernes Santo, estos panecillos nunca enmohecen. Sea como sea, hoy por hoy, los hot cross buns se siguen sirviendo como desayuno la mañana de Viernes Santo en muchos de sus hogares.


Ingredientes

(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)

Para los panecillos:
300 ml (1 ¼ cup) de leche entera
55 g (¼ cup) de mantequilla sin sal
520 g (4 cups) de harina de trigo de fuerza (+ harina extra para amasar)
75 g (¼ cup + 2 cucharadas) de azúcar superfino (caster sugar)
1 huevo (L), batido
7 g (1 ½ cucharadita) de levadura seca de panadería
1 cucharadita de sal
Aceite de girasol (para engrasar)
75 g (½ cup) de uvas pasas (tipo sultanas)
Ralladura de 1 limón (sólo la parte amarilla)
1 cucharadita de canela de Ceilán molida
¼ cucharadita de nuez moscada molida
¼ cucharadita de jengibre molido
¼ cucharadita de clavo molido
¼ cucharadita de allspice (pimienta de Jamaica) molida

Para las cruces:
75 g (¼ cup + 1 cucharada) de harina de trigo normal
2-3 cucharadas (30-45 ml) de agua fría

Para pincelar:
3 cucharadas (45 ml) de golden syrup


Elaboración

De los panecillos:

Damos un hervor a la leche y, una vez apartada del fuego, añadimos la mantequilla. Mezclamos hasta que esta última se derrita y dejamos templar sin que llegue a enfriarse por completo (la temperatura idónea es la que se asemeja a la del tacto de nuestras manos).
En un cuenco grande, añadimos la harina de fuerza, el azúcar superfino, la levadura y la sal. Combinamos bien con unas varillas y hacemos un hueco en el centro.
Vertemos la leche con mantequilla en el hueco formado en los ingredientes secos (punto 2) y añadimos el huevo, ligeramente batido. Mezclamos bien con una cuchara de madera hasta que el líquido se haya absorbido.
Ahora ya con las manos, previamente enharinadas, seguimos mezclando hasta combinar bien todos los ingredientes. Obtendremos una masa algo pegajosa.
Volcamos la masa sobre una superficie de trabajo, ligeramente enharinada, y continuamos amasando con las manos de la siguiente manera: con una mano sujetamos la masa y con la palma de la otra la extendemos y la volvemos a plegar sobre sí misma. Repetimos esta operación durante unos 5 minutos hasta conseguir una masa suave y elástica que no se pegue a las manos. Este paso también se puede realizar en la amasadora eléctrica, equipada con el gancho de amasar, a baja velocidad hasta que la masa se despegue sin problema de las paredes del cuenco.
Seguidamente, formamos una bola con la masa y la colocamos en un cuenco grande engrasado previamente con aceite de girasol. Cubrimos en film transparente, también engrasado por la cara interna, y la dejamos levar en un lugar cálido y alejado de las corrientes durante al menos 1 hora o hasta que haya doblado su volumen.
Pasado este tiempo, incorporamos las pasas (sultanas), la ralladura de limón y la mezcla de especias y amasamos con suavidad durante otros 3-5 minutos más hasta que quede todo bien distribuido (en este punto no buscamos conseguir una masa perfectamente uniforme; sólo hemos de procurar que estos últimos ingredientes se repartan lo máximo posible por toda la masa).
Volvemos a cubrir el cuenco con film transparente y dejamos levar 1 hora más o hasta que doble su volumen en las mismas condiciones que anteriormente (punto 6).
Una vez levada nuestra masa por segunda vez, la volcamos sobre la superficie de trabajo, de nuevo ligeramente enharinada, y con suavidad la vamos desgasificando presionando 4 o 5 veces con los nudillos. La dividimos en 15 porciones iguales (es aconsejable utilizar una báscula de cocina para asegurarnos de que todas tienen el mismo tamaño; los míos, llegados a este punto, pesaban alrededor de 65 g cada uno) y las redondeamos con las manos haciéndolos rodar contra la superficie hasta que queden suaves y perfectamente lisos (si quedaran marcas de masa sin unir, se abrirán durante el levado y el horneado posteriores, perdiendo su forma redondeada).
Colocamos los panecillos sobre una bandeja de horno (yo he necesitado además una bandeja auxiliar) cubierta con papel vegetal de hornear dejando unos 5 cm de separación entre uno y otro. Los cubrimos de nuevo con film transparente engrasado (ha de quedar holgado, sin presionar los bollos) o con un paño limpio y dejamos levar de nuevo 1 hora más.
Poco antes de que termine el último levado, precalentamos el horno a 220ºC y colocamos la rejilla a media altura.

De las cruces:

En un cuenco pequeño, colocamos la harina de trigo y la vamos mezclando con el agua fría, añadiéndola cucharadita a cucharadita hasta obtener una pasta de consistencia espesa (similar a la de la pasta de dientes). Rellenamos una manga pastelera, equipada con una boquilla redonda pequeña, y hacemos las cruces sobre cada uno de nuestros panecillos una vez levados.

Horneado y presentación:

Horneamos durante 15-20 minutos o hasta que hayan adquirido un bonito tono dorado.
Mientras tanto, calentamos el golden syrup con el que acabaremos pincelando nuestros buns nada más sacarlos del horno con ayuda de un pincel de repostería.
Dejamos enfriar por completo sobre una rejilla antes de consumir.

Se han de conservar en un recipiente hermético. A pesar de que se consumen fríos, si apetece un bocado más calentito, se pueden recalentar en el horno a 150ºC durante unos 10 minutos.


Notas

- No es nada recomendable saltarse ninguno de los 3 levados y añadir los ingredientes antes de tiempo; algunas especias, y en particular la canela, contrarrestan la acción de la levadura empleada en este tipo de masas.
- Si quieres desayunar tus hot cross buns recién hechos, prepáralos por la tarde y refrigéralos antes del tercer levado (una vez formados los panecillos) cubiertos con film trasparente. Por la mañana, sólo has de sacarlos del frigorífico y dejarlos hasta que queden a temperatura ambiente. A partir de aquí, hornear tal y como se indica en receta (punto 11).
- Puedes adaptar o ajustar el uso de las especias según tus propias preferencias, aunque la canela es algo así como imprescindible.
- Prueba a sustituir la mitad de la harina por harina integral (también de fuerza).
- Para fans de la fruta escarchada, añade 50 g de tu fruta preferida o una mezcla de varias (junto con las pasas).
- Una alternativa al golden syrup para glasear estos panecillos es la mermelada de albaricoque (sin grumos, templada y pasada por un colador), también templada.
- Puedes simplificarte aún más la vida marcando la cruz con un cuchillo sobre cada panecillo antes de hornearlo en lugar de mezclar y aplicar la masa para darle esta forma.


Yo he hecho un poco "lo que me ha dado la gana"... No soy muy fan de las especias, así que yo solo le he puesto la canela, y como no me gustan las pasas las he sustituido por chips de chocolate. Ya sabéis que las masas pegajosas y yo tenemos un problema, así que yo he sido de las que ha amasado con la KA y el resultado es fantástico.

De verdad que me han pirrado estos bollitos, templados, recién salidos del horno son una auténtica delicia... Y luego para desayunar yo les daba un golpe de calor para que volvieran a esa textura esponjosa, pero, como no tengo tiempo, en vez de en el horno, en el micro.

Es una receta elaborada, mas que nada por los levados, pero de verdad que merece la pena invertir un poco de tiempo, ya que el resultado es lo mas

La servilleta es de Ikea, la huevera es de Tape Pink, la madera es de Holamama y los fardos de paja son de Megasilvita.

Besazos pascualeros


10 comentarios:

  1. A mi me lleva pasando lo mismo un montón de tiempo, que siempre pienso en hacerlos y luego nunca los hago, algún año caerán. Tienen muy buena pinta. Un besazo!

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    1. Jo Laura, no sabes lo que te agradezco tus palabras, me siento super comprendida!!!!!!!!!!! Pues nada mujer, ánimo!!!!!!! a mi me ha costado 3 años.

      Un beso

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    1. Muchas gracias Maite.... Ha costado ponerse al lío, pero ahora estoy encantada con el resultado

      Besitos

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  3. Qué delicia!!!
    Me están apeteciendo por momentos. No sé yo si sería capaz de colgarlos en casa para tener buena suerte, y no caer en la tentación de comérmelos en 5 minutos jajajajjaa. Y la historia muy interesante.
    Besitos Olga.

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    1. Verdad que si? es lo que me ha encantado de estos panecillos... La gran y larga historia y tradición que tiene detrás.... Estos dulces con "vida" son lo mas.

      Un besote

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  4. Increible historia sobre estos tradicionales bollitos e increible la pinta que tienen los que tú has hecho amiga. Un besazo gigantesco!

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    1. La verdad es que tengo la sensación que este post me ha quedado un poco-bastante tocho, pero... Es que como a ti me ha encantado la historia y no he podido recortar en nada!!!!!!!!!

      Muchas gracias, ya sabes, yo los hago "a mi modo".

      Un besazo querida Bea

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  5. Pues a mí me encanta leer en los posts las historias que hay detrás de cada receta, así que no me ha parecido ningún tocho jejeje.
    Los buns te han salido estupendos Olga!!!

    Un saludo y Feliz Lunes de Pascua

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    1. Cuanto me alegro!!!!!!! porque una vez que terminé me planteé seriamente el dar un premio a la persona que llegara hasta el final... Me parecía que era demasiado extenso....

      Muchas gracias guapa, no son los clásicos, pero bueno,... Son "a mi modo".

      Besines

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