Muñecos de nieve de limón

Este año si que voy a mata caballo

Generalmente yo suelo planificar con tiempo las recetas de fechas especiales, como Halloween, San Valentín y, por supuesto, Navidad... Pero este año me ha pillado el toro y voy improvisando sobre la marcha, así que no creo que me de tiempo a hacer grandes recetas típicas y tradicionales de las fiestas, pero bueno, hago lo que puedo!!!!!!!!!!!!!!!! el año que viene será otra historia, espero.

Los muñecos de nieve son tradicionales del frío, no típicos exactamente de la Navidad, pero como las navidades tradicionales ideales son con nieve a cascoporro y bastante frío, de han convertido en una decoración imprescindible en estos días también... Y a mi me gustan mucho, no es que haya hecho gran cantidad de ellos, y, por supuesto, ninguno a tamaño real como los que aparecen en las pelis, pero la imagen que tengo de ellos es muy simpática y, junto con el reno, creo que son mis dos iconos prefes de la Navidad.

Para llevarlos a su versión dulce lo que he realizado son unas rosquillas de limón, horneadas, no fritas, porque me daba cosa que el color que se adquiere cuando las fríes no quedara cubierto con el azúcar glass y clareara.... La caracterización está realizada con glasa real.

Ingredientes:

Masa

195 gr. de harina de trigo 

135 gr. de azúcar blanco

180 ml. de leche entera a temperatura ambiente

30 ml. de aceite de girasol

28 gr. de mantequilla derretida y fría

1 huevo talla L a temperatura ambiente

1½ teaspoon de levadura química

¼ teaspoon de nuez moscada molida

¼ teaspoon de sal

1 teaspoon de extracto natural de limón

Cobertura:

100 gr azúcar glass

Decoración:

2 claras de huevos de tamaño L

400 gramos de azúcar glass

1/2 cucharada pequeña de zumo de limón

Colorante en gel negro

Colorante en gel naranja

Preparación:

Precalentar el horno a 175 ºC y colocar la rejilla en el centro del horno. Aplicamos spray de fácil desmoldado a nuestro molde de roquillas.

En un bol mediano tamizar la harina, la levadura, la nuez moscada y la sal. Reservar.

En un bol grande batir, a velocidad alta, el huevo con el azúcar hasta que quede una mezcla blanquecina y espesa (2-3 minutos). Añadir la mantequilla derretida, el aceite y el extracto de limón y seguir batiendo hasta quede bien incorporado.

Añadir un tercio de la harina, batiendo a velocidad baja, y, sucesivamente, la mitad de la leche, otro tercio de la harina, la otra mitad de la leche y el último tercio de la harina. No batir en exceso.

Repartir la mezcla en el molde y hornear durante 15 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro de las rosquillas éste salga limpio. Estas rosquillas no se dorarán así que hay que controlar el tiempo pinchando con un palillo para que no queden secas.

Mientras hacemos la glasa. Pon las claras en un recipiente bien limpio y seco. Empieza a batir (con un batidor de varillas eléctrico) hasta que las claras monten y se pongan con las puntas blandas. Ahora añade el zumo de limón y mientras bates añade cucharada a cucharada el azúcar glass. Continua batiendo hasta que la glasa adquiera un consistencia muy firme y no se caiga de las varillas. Separamos una parte (unas dos cucharadas soperas bien cargadas) y la teñimos de negro. El resto la teñimos de naranja.

Sacar el molde del horno y dejarlo reposar 5 minutos, luego desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

En el momento de servirlos, es cuando las vamos a decorar.

Rebozar las rosquillas en el azúcar glas. Con un palillo hacemos las marcas de los ojos y la boca. Metemos la glasa negra en una manga con una boquilla redonda pequeña, y vamos rellenando esos huecos. Es importante que lo hagamos así porque si no la glasa no agarrará sobre el azúcar glass. Metemos la glasa naranja en otra manga pastelera con una boquilla redonda grande y hacemos las narices de nuestros muñecos de nieve.

Como TIP os diré que también lo podéis hacer con fondant, lo que pasa que hacer las bolitas pequeñas negras lo consideraba mucho mas laborioso que hacerlo con glasa, pero si os apañáis mejor es totalmente factible.

Son una auténtica monería, yo las traje a la oficina y encantaron. Además, al ser una decoración tan escasa, no compromete el sabor de la rosquilla, que para mi es lo principal. Aunque hay que reconocer que llaman la atención, son una monería y muy simpáticas.

La pizarra es de Costco, la taza y la cucharita son de Krasilnikoff y la cinta y adornos son de Casa.

Besotes espolvoreados de dulzura y simpatía.